Muchas personas tienen dentro de sus creencias, el pensar que el dinero es algo malo y que no debemos centrarnos en encontrarlo, pues de esta manera estaríamos contradiciendo la palabra de Dios.
Quiero que sepas que todas las percepciones que tengamos de nuestro entorno, termina funcionando como un filtro, algo creado por nuestra propia mente, con base a toda aquella información que a través de los años, le hemos estado inculcando. Sea algo positivo o negativo, nuestro subconsciente lo va a tomar como cierto, con los debidos resultados futuros.
Si nosotros poseemos esas ideas, que en algún momento fueron incorporadas en nuestro cerebro, nosotros mismos, sin darnos cuenta, podemos estar saboteando nuestro propio éxito, sin nunca haberlo detectado.
Llegar a creer que el dinero ha sido colocado en la tierra por un ser maligno, y que todo aquel que lo llegue a desear, estará en contra del señor, pasa a ser un concepto totalmente equivocado y que al final terminará pasando factura a esa persona, donde no podrá verse como un ser productivo, pues siempre él estará echando a perder cualquier oportunidad de mejorar económicamente.
Jesús habló más del dinero, que de otros aspectos, considera esto: 16 de las 38 parábolas tienen que ver a cómo manejar las finanzas y los bienes materiales. En todo su contenido, la Biblia nos presenta 500 versículos referentes a la oración, menos de 500 versículos sobre la fe, pero tiene más de 2.350 que se relacionan con el dinero y las posesiones.
Queriendo decir con esto, la gran preocupación que Dios nos ha manifestado a través de su palabra, pues Él nos enseña, que para poder ser personas felices y plenas, no debemos tener ningún tipo de carencia, ni sufrimiento alguno por preocupaciones generadas por la falta de dinero.
La palabra de Dios nos dice:
- El dinero viene de Dios.
“Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos”. 1 Crónicas 29:12. Reina-Valera 1960.
- No debemos amarlo.
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”. Mateo 6:24. Reina-Valera 1960.
- Se debe administrar bien.
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”. Lucas 16:10. Reina-Valera 1960.
- Debemos evitar la avaricia.
“Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”. Lucas 12:15. Reina-Valera 1960
- No contraigas deudas.
“El rico se enseñorea de los pobres, Y el que toma prestado es siervo del que presta”. Proverbios 22:7. Reina-Valera 1960
- Es de sabio ahorrar.
“Las riquezas de vanidad disminuirán; Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta”. Proverbios 13:11. Reina-Valera 1960
- La generosidad se debe practicar.
“Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?”. 1 Juan 3:17. Reina-Valera 1960.
Muchas personas tienen dentro de sus creencias, el pensar que el dinero es algo malo y que no debemos centrarnos en encontrarlo, pues de esta manera estaríamos contradiciendo la palabra de Dios.
Quiero que sepas que todas las percepciones que tengamos de nuestro entorno, termina funcionando como un filtro, algo creado por nuestra propia mente, con base a toda aquella información que a través de los años, le hemos estado inculcando. Sea algo positivo o negativo, nuestro subconsciente lo va a tomar como cierto, con los debidos resultados futuros.
Si nosotros poseemos esas ideas, que en algún momento fueron incorporadas en nuestro cerebro, nosotros mismos, sin darnos cuenta, podemos estar saboteando nuestro propio éxito, sin nunca haberlo detectado.
Llegar a creer que el dinero ha sido colocado en la tierra por un ser maligno, y que todo aquel que lo llegue a desear, estará en contra del señor, pasa a ser un concepto totalmente equivocado y que al final terminará pasando factura a esa persona, donde no podrá verse como un ser productivo, pues siempre él estará echando a perder cualquier oportunidad de mejorar económicamente.
Jesús habló más del dinero, que de otros aspectos, considera esto: 16 de las 38 parábolas tienen que ver a cómo manejar las finanzas y los bienes materiales. En todo su contenido, la Biblia nos presenta 500 versículos referentes a la oración, menos de 500 versículos sobre la fe, pero tiene más de 2.350 que se relacionan con el dinero y las posesiones.
Queriendo decir con esto, la gran preocupación que Dios nos ha manifestado a través de su palabra, pues Él nos enseña, que para poder ser personas felices y plenas, no debemos tener ningún tipo de carencia, ni sufrimiento alguno por preocupaciones generadas por la falta de dinero.
La palabra de Dios nos dice:
- El dinero viene de Dios.
“Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos”. 1 Crónicas 29:12. Reina-Valera 1960.
- No debemos amarlo.
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”. Mateo 6:24. Reina-Valera 1960.
- Se debe administrar bien.
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”. Lucas 16:10. Reina-Valera 1960.
- Debemos evitar la avaricia.
“Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”. Lucas 12:15. Reina-Valera 1960
- No contraigas deudas.
“El rico se enseñorea de los pobres, Y el que toma prestado es siervo del que presta”. Proverbios 22:7. Reina-Valera 1960
- Es de sabio ahorrar.
“Las riquezas de vanidad disminuirán; Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta”. Proverbios 13:11. Reina-Valera 1960
- La generosidad se debe practicar.
“Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?”. 1 Juan 3:17. Reina-Valera 1960.